domingo, 25 de mayo de 2008

esta es la historia

La comida es el epicentro de mi vida y podría hasta decir que es el epicentro de la de mi familia. Todos los sábados nos juntamos en lo de mi abuela a comer juntos hijos, padres, primos, tíos, sobrinos, hermanos, abuelos, nietos (ya con el tiempo los que eran hijos se transformaron en padres, los que eran hermanos y primos se tranformaron en tíos, los que eran padres se transformaron en abuelos, abuelos en bisabuelos, y la lista sigue así). Pero lo importante es la comida.
Los sábados no se cena. Mi abuela húngara/rumana (dependiendo de los vencedores temporales, Timisoara va pasando de manos rumanas a húngaras de tiempo en tiempo) prepara un almuerzo con aires centroeuropeos, con entradas varias, una carne con varias guarniciones y finalmente cinco o seis postres. Obviamente todo plagado de manteca, crema, panceta, chocolate, y si es posible, un poco mas de crema y manteca. Como debería ser la comida siempre en todas las mesas. Entre 10 y 20 personas, comiendo y hablando todos a la vez... asi fueron el 99% de los sábados que recuerdo en mis 25 años. La asistencia es opcional, pero la gente trata de ir porque lo disfrutamos.
En mi casa es igual, somos todos morfones. Lamentablemente soy el único con metabolismo lento, por lo cual soy el unico gordo pero bueno no me molesta tanto. A veces se obsesionan un poco mucho con la comida lo cual me molesta... el famoso "te comiste MI chocolate", o el conocido "te acabaste todo el helado!". No es tan grave igual... la pasamos bien. Disfrutamos mucho de la comida, nuestros viajes se centran mas en lo que comemos que en los lugares a los que vamos. Nos acordamos mas de la vez q salimos a comer a un bistrocito en Paris q de la vez q vimos el David en Florencia.
Con este background fue que tome la decision de asistir a mi primer clase de cocina... a los 4 años. En el diario de algún domingo de 1987 llegó un volante. Si mal no recuerdo tenia unos dibujitos de zanahorias, cucharas, cacerolas, etc. En esa época eramos medio lentos, todavía no sabiamos leer a los 4. Entonces le pedí a mi mama que me lea qué decía. Era algo como " 'Con las manos en la masa' clases de cocina para niños." Las clases las daba un señor Jorge, ex cocinero del restaurant "El gato que pesca" , en la casa en la cual vivía con su mujer. A las clases iba yo con 4 años y chicas de 12. Consistían en cocinar, y luego comer lo que cocinábamos. En esas clases aprendí a hacer pan, a poner la mesa, y a no abrir la heladera descalzo. Todavía guardo mi carpeta con las recetas. Recuerden que todavía no sabía leer, asi que las recetas que tengo en vez de tener las cantidades escritas, las tienen dibujadas... cucharadas, tazas, tomates, chocolate etc... Mi maestro salió en el diario una vez... y me nombró en una frase que siempre recordamos en mi familia... dijo "Como dice mi alumno mas joven, Sacha Kohn, a mi, lo que me gusta no es cocinar, a mi lo que me gusta es comer." Creo que esa frase resume mis intenciones en la cocina.
Luego de 4 años de clases de cocina, mi pasión por la comida se mantuvo, pero mi pasión por la cocina desapareció un poco, probablemente relegada por convencionalismos culturales. Pero el germen se mantuvo latente, lo portaba en algún rincón remoto de mi cuerpo (probablemente en alguna esquina del estómago). Se mantuvo así por casi 14 años.
Hace poco intenté buscar a Jorge aprovechando las ventajas de la tecnología... no lo pude encontrar. Quizá estos dias deba intentar de nuevo.