miércoles, 9 de septiembre de 2009

Los mercados

Mañana voy a ir a conocer el mercado central... Los mercados son como jugueterías para mi.
Se acuerdan cuando eran chicos? Cuando podían entrar a una juguetería sabiendo que su mamá no les iba a comprar nada, pero pasarse horas dando vueltas, mirando los juguetes, imaginando, tocando, jugando. Siempre estaba mejor cuando se podía comprar algo para llevar, pero no era eso exclusivamente. Era entrar a ese mundo de fantasía, de potenciales juegos, de probar, de imaginar.
Bueno, a mí me pasa eso en los mercados. Creo que lo primero que hice en cada ciudad que visité en Europa, fue entrar a un supermercado. Ver los productos de cada país, las diferencias, las similitudes. En la dos ciudades pude ir a verdaderos mercados, en Barcelona y en París. Me quedaba horas, recorriendo, viendo los mariscos vivos, los fiambres, los quesos, los vinos, las carnes... flasheando, proyectando.
Acá en Buenos Aires también me pasa. El otro día fui de paseo a los supermercados del barrio chino. Es un lugar al que voy siempre, pero a comprar cosas puntuales. Tuve un rato libre y me fui a explorar. Descubrí que tienen mejillones y navajas vivas, por ejemplo... pero básicamente paseé.
En mi laburo actual, se dio algo que nunca me había pasado en otro laburo. Estamos a 5 cuadras de un mercado central zonal, de verduras. Un galpón gigante que tendrá unos 100 puestos de frutas y verduras. Algunos muy parecidos entre sí, pero otros muy diferentes, con cosas que sólo ellos tienen. Todos los martes y jueves, terminamos el despacho alrededor de las 11:30, 12, y nos vamos para el mercado (abre entre las 11 y las 8 de la mañana). Muchos creerían que es una carga. Pero nosotros vamos y ya conocemos a los puesteros, revisamos, tenemos la posibilidad de elegir de primera mano la materia prima con la que vamos a trabajar. Nos vamos comentando "uh mirá que buena que está esa rúcula", "ya es temporada de alcauciles, deberíamos incluirlos en alguna receta".
Y sí, es una carga tener que salir del trabajo una hora tarde, andar cargando bolsas de 20 kg de papas, cajones de tomates, etc, ensuciarnos, cansarnos... pero la verdad es que sentirme de nuevo como un niño... me hace valer todo la pena.

1 comentario:

unsimplecocinero dijo...

" I turn on my computer. I wait impatiently as it connects. I go online, and my breath catches in my chest until I hear three little words: You've got mail. I hear nothing. Not even a sound on the streets of New York, just the beating of my own heart. I have mail. From you."